Otra Vez el gran Ariel Ortega cayó en su enfermedad; otra vez el fútbol no lo pudo contener y las malas juntas lo volvieron a incitar, otra vez se nos enfermó el querido “Burrito”.
Para que explicar el escándalo que se suscito ayer por la noche y la ausencia de Ortega a las prácticas, si sabemos cual es el mal mayor que lo sigue perjudicando. El deporte ha sido el mejor remedio para Ariel, pero cuando no lo realiza con frecuencia, cae en manos del fatídico alcohol.
No solo salir en los medios hablando pavadas muchas veces o apañarlo es la solución, no puede ser que si no tiene continuidad por una lesión caiga otra vez en ese ámbito y en esas garras que parecen no querer soltarlo.
Está enfermo y hay que ayudarlo, pero parce que la dirigencia de River eso no lo entiende; como se ocupan de un lastimado también deben hacerlo con uno de los máximos ídolos de la historia “millonaria”. Otra mancha más para Aguilar y Compañía que hacen vista gorda a la crítica situación por la que pasa uno de sus futbolistas.
Lo que hay que reconocer luego de haberlo criticado bastante es que Daniel Pasarella si se hacia cargo de su hijo mimado, lo contenía, lo ayudaba y hasta pagó el vieja a Chile para su rehabilitación, porque fue él y no la dirigencia.
Ayudémoslo, no hagamos como ya pasó con otros ídolos a los cuales se los idolatraba y amaba en las buenas y cuando estaba en la cúspide, para luego en las malas darle vuelta la cara y criticarlo porque “se la creyó”.
Los que están alrededor de Ariel deberán ser Amigos en la gloria y en el infierno y ayudarlo a poder sobrellevar esta enfermedad y este mareo que le sigue arruinando la vida al “burrito”. Por supuesto el propio Ortega deberá hacerse cargo y poner los pies sobre la tierra. Cuando se acabe el futbol hay una vida por delante y no puede ser solo el deporte el sustento de su vida, porque la carrera profesional no dura una eternidad.
Para que explicar el escándalo que se suscito ayer por la noche y la ausencia de Ortega a las prácticas, si sabemos cual es el mal mayor que lo sigue perjudicando. El deporte ha sido el mejor remedio para Ariel, pero cuando no lo realiza con frecuencia, cae en manos del fatídico alcohol.
No solo salir en los medios hablando pavadas muchas veces o apañarlo es la solución, no puede ser que si no tiene continuidad por una lesión caiga otra vez en ese ámbito y en esas garras que parecen no querer soltarlo.
Está enfermo y hay que ayudarlo, pero parce que la dirigencia de River eso no lo entiende; como se ocupan de un lastimado también deben hacerlo con uno de los máximos ídolos de la historia “millonaria”. Otra mancha más para Aguilar y Compañía que hacen vista gorda a la crítica situación por la que pasa uno de sus futbolistas.
Lo que hay que reconocer luego de haberlo criticado bastante es que Daniel Pasarella si se hacia cargo de su hijo mimado, lo contenía, lo ayudaba y hasta pagó el vieja a Chile para su rehabilitación, porque fue él y no la dirigencia.
Ayudémoslo, no hagamos como ya pasó con otros ídolos a los cuales se los idolatraba y amaba en las buenas y cuando estaba en la cúspide, para luego en las malas darle vuelta la cara y criticarlo porque “se la creyó”.
Los que están alrededor de Ariel deberán ser Amigos en la gloria y en el infierno y ayudarlo a poder sobrellevar esta enfermedad y este mareo que le sigue arruinando la vida al “burrito”. Por supuesto el propio Ortega deberá hacerse cargo y poner los pies sobre la tierra. Cuando se acabe el futbol hay una vida por delante y no puede ser solo el deporte el sustento de su vida, porque la carrera profesional no dura una eternidad.
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