jueves, 27 de marzo de 2008

Sangre, Sudor y Palacio


Boca perdía, tenía un jugador menos, estaba a punto de quedar un paso fuera de la Copa pero apareció Rodrigo en todo su esplendor y dio vuelta un partido vibrante, emotivo, con muchas situaciones pero que deja mucho para rever, desde lo futbolístico y desde lo arbitral.
El conjunto de Ischia, que sigue marcando pesimamente, se llevó un triunfo por 4-3 que lo deja otra vez en la cima de su grupo junto al Atlas, y teniéndolo que visitar la próxima fecha.
El primer tiempo estuvo plagado de decisiones arbitrales bastante dudosas. Primero la expulsión de Monzón que pareció bastante apresurada. Después un penal a Palermo que pareció no existir, y por último el segundo gol chileno, a primera vista en offside Biscayzacú.
A los 24, el delantero marcó por primera vez en el resultado luego de que Boca quedará con uno menos por la expulsión del juvenil.
Rápidamente y con mucho desorden atrás como todo el encuentro, el local fue en busca del empate. Palermo aparentemente es derribado en el aérea y Amarilla cobra penal. Se hizo cargo Martin que la tiró afuera. Minutos mas tarde, se recompuso del error y marcó mediante una guapeada tras un centro de la izquierda.
Parecía que Boca, aun con uno menos se lo iba a llevar por delante, pero Colo-Colo mostraba una muy buena imagen de mitad de cancha hacia adelante. Toque preciso, rápido y efectivo que generaba mas errores de los que ya acostumbrado el sector defensivo “xeneize”. A los 42, otra vez Biscayzacú aprovechó un error en el punto del penal y marcó por segunda vez en su cuenta personal.
Se repetían los centros a Palermo y Boca no intentaba jugar por el piso por ello los 45 iniciales terminaron 1-2
En el segundo tiempo, el conjunto de Borghi se tiró unos metros atrás y eso lo perjudicó. Quedaba claro que los de Ischia ya totalmente jugados, iban a seguir derrochando defectos en defensa, pero los trasandinos decidieron colgarse del travesaño y amontonar gente sin marcar bien.
A los 5, Vargas metió un pase precioso y Gracián definió ante la salida de Muñoz.
Luego del empate apareció la figura de Rodrigo Palacio que se los llevó todos a la rastra en esa segunda mitad. Gambeta para los dos lados, cambio de velocidad, toque preciso y definición punzante, todo eso en un par de minutos para dar vuelta el partido.
Hasta los 20 no terminaba bien la jugada, pero en ese minuto quedó cara a cara con el portero y lo hizo revolcarse y sacar la pelota del fondo de la red; gran definición y Boca, a lo Boca, conseguía la ventaja.
Algunos cambios para rearmarse, algún tiro de media distancia de Fierro, contadas atajadas de Caranta y un remate del número 14 Boquense en el palo, fueron los momentos mas inquietantes hasta que el local lo definiera. Fue a los 43 cuando Neri Cardozo, quien había ingresado un rato antes por Vargas, metiese un derechazo fulminante que dejó sin reacción ni respuesta a Muñoz.
Queda para la anécdota el tanto de Moya a los 45.
Boca ganó, se subió a la punta, tuvo a un Palacio iluminadísimo (lo vinieron a ver del Chelsea) pero sigue cometiendo pecados infernales de mitad hacia atrás. La vuelta de Ibarra no fue una solución, se lo extrañó mucho a Morel, y comienza a sentirse en Battaglia el trajín de los partidos.
Ischia tendrá que apuntar varias cosas que le vienen sucediendo semana tras semana y que todavía no corrige. Boca ganó como lo marca la historia, con huevo, corazón, sangre sudor y una joya que cada día cotiza mas y mas.

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