jueves, 5 de junio de 2008

Lo perdió en los Arcos


La clave fue la falta de gol por un lado, y los errores de Migliore y compañía por el otro. Por eso Boca se quedó afuera de la Copa Libertadores de América tras caer en el Maracaná frente al Fluminense por 3-1. El equipo de Ischia hizo un muy buen papel y se va con la frente bien alta ya que estuvo cerca de lograr la clasificación.
El empate en tan poco tiempo fue un golpe del que no se pudo reponer el “Xeneize”, que volvió a pecar por falta de contundencia a la hora de definir y del mal retroceso a la hora de defender.

Un primer tiempo muy parecido a los que se habían visto frente a Cruzeiro y Atlas. Boca dominador del juego creaba situaciones en los pies de Palermo y merecía estar arriba en el marcador. No era costumbre que se erren tantos goles de visitante y que Martín aparezca tan errático, solo por eso el encuentro se mantuvo tanto tiempo 0-0.
El Fluminense poco le aportaba al espectáculo; solo alguna escapada de Thiago Neves y la aparición de Washington, aunque era muy tibio en sus avances. Riquelme no era tan profundo y con las subidas de Ibarra y las escaladas de Dátolo, el visitante lastimaba seriamente al local.

La primera parte finalizaba con una imagen clara: Boca lo tenía entre las cuerdas y solo había que darle el golpe para liquidar la situación.

Así también se dieron los segundos 45 minutos, nada cambiaba, todo seguía igual. El de azul y amarillo buscaba por todos los medios conseguir la ventaja y el equipo brasileño se defendía y trataba de meter una contra.
Siempre aparecía con Palermo como último receptor, aunque hasta los 12 estuvo falible.
Fue en ese minuto cuando Dátolo generó una situación por su punta, tiró el centro pasado y Martín, como marcan los manuales de pique al piso estampaba el primero.
La historia de siempre, Boca se iba a destapar y lo iba a liquidar en cualquier momento, la realidad es que no fue así. El empate llegó rápido y el baldazo de agua fría congeló las intenciones de los de Ischia.

A los 17, Washington la clavó de un ángulo tras un tiro libre y le dio el empate, inmerecido pero que llegaba con una pegada magistral del nueve.
Nunca se pudo reponer el "team" argentino de ese golazo y se empezó a notar que la cabeza y las piernas pesaban, que el retroceso era cada vez más lento y que por ahí los brasileños iban a lastimar. Así fue como a los 26, en un contragolpe, Darío Conca trató de meter un centro y la mala suerte le jugó una mala pasada a Boca; la pelota rebotó en Ibarra y se le coló por el primer palo a Migliore.
Ahora si a soñar con los penales que era la meta que más estaba al alcance de la mano. Lo tuvo para empatar con varias de Palermo con la cabeza y una de Ledesma que sacó Thiago Neves en la línea, se notaba que no era la noche
Cuando el partido se moría, Dodó, que todavía no se entiende porque estaba en el banco, marcó el 3-1 que le dio cifras definitivas y el triunfo al Fluminense.

Con la frente alta, dejando todo y trayéndose nada se fue este Boca al que no se le puede reprochar el corazón y amor propio que ha tenido.
El tema es que cuando uno gana los errores pasan desapercibidos, ahora bien, cuando el resultado es desfavorable se nota y quedan expuestos los inconvenientes que ha tenido a lo largo de este torneo; falta de contundencia ya que genera mucho y convierte poco en. Mal Retroceso por el cual queda mal parado en muchas ocasiones y poca seguridad bajo los tres palos, que en esta seria ha sido gravitante.
Pues bien, la final es entre un ecuatoriano y un brasileño. Liga de Quito y Fluminense serán los que se jueguen el trofeo el cual Boca ha ganado varias veces, pero crease que aunque sobren las copas, las eliminaciones duelen como puñalada al corazón.

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